Fade to black

No importa a quién se le atribuya, tan solo que se recuerde.

30/11/08

Hipócrita




Hasta las narices del Dewplayer
La hipocresía está al orden del día en una sociedad que va a la deriva. ¿Cuántas veces no se ha dicho una cosa y pensado otra? Actuar de una forma totalmente contraria a la anterior, decir lo que no es... ¿Familiar?

Mentir puede salir bien, puede, hasta que se descubre la mentira. Nunca se queda bien cuando se descubre una mentira, sobre todo si esa persona que la descubre es "importante" o te aprecia en cantidad, cuando resulta que tú no lo haces, que creía que ibas a hacer una cosa cuando haces otra totalmente a sus espaldas...

Esto aumenta si le sumamos una relación personal prolongada, o más o menos íntima, sin entrar en el pensamiento fácil y gracioso imperante en la actualidad.

Pero, ojo, no nos engañemos, no todo es mentira. Si te tomas algo de determinada forma, y resulta que no es así, no esculpa de la otra persona que no te dijo nada, cúlpate a ti por prejuzgar.



La hipocresía estuvo presente a lo largo de la historia, pero no por eso debemos continuar con los hábitos y costumbres de antaño. Si hacemos un repaso, los organismos y personas que actuaron de esta manera, no se recuerdan gratamente, y los que lo hacen, es porque también son hipócritas y no reconocen la realidad.


No actúes así, que luego ocurren cosas que no se quieren... o sí.

23/11/08





Hablar es arriesgarse a perder la vida.

Cuando alguien abre la boca para decir algo, está demostrando el poco amor propio que tiene, y está poniendo en juego hasta su propia vida.

15/11/08

Olvido





Canción
Evadirse de una cuestión problemática. Centrarse en alguna atividad concreta para olvidar un problema. Querer evitar enfrentarse a los conflictos no siempre es la mejor solución, al igual que responder con fiereza.

Hay que entender que, a veces, las circunstancias son superiores a las intenciones.

A veces, escapar, es una solución viable. Olvidarse del problema, dejarlo pasar, como si no existiera... Pero si luego se recuerda, pasa factura. E intentas olvidarlo de nuevo. Caes en un círculo vicioso del que quieres salir pero no sabes cómo, y a la vez sí.

Otras veces, eres tú quien fuerza la situación de recordar, recordar para después volver a olvidar, porque el recuerdo te produce ese efecto placebo que tanto deseabas, y te das cuenta de que eres un tanto masoquista. Te das cuenta de que, por mucho que lo intentes, no podrás olvidarlo, o no quieres olvidarlo, porque con él se va una parte de ti.

Pero la vida sigue, y llega un momento en el que te das cuenta de que ya no hay problema, que se fue sin decir nada, sigilosamente. Y te alegras, pero a la vez te entristeces, pues aprendieras a convivir con él. Pero la vida sigue.

8/11/08

Paciencia




La calma, la tranquilidad, esa gran compañera que todos queremos, esa situación en la que no se está mal. Los períodos de calma siempre son agradecidos, nunca viene mal un descanso. Son agradecidos, digo, incluso aunque se trate del ojo del huracán. En una época de tempestad, el reposo es agradecido, ayuda a coger fuerzas para la siguiente oleada. Claro que, siempre hay que pensar en el futuro, si no, el resto de la tormenta nos cogerá por sorpresa y ocurrirá lo peor.

Siempre hay que pensar en el futuro. Si vives pensando en el futuro ocurren dos cosas: o no disfrutas el presente, pensando en lo que ocurrirá después, o bien no le das importancia a las penurias que puedas pasar en un presente difícil, esperando que el futuro sea mejor. En cualquier caso, pensar en el futuro, en las consecuencias de las cosas, en lo que pueda venir, no está de más; alguna que otra vez, no hace daño hacerlo. Abstraerse, abandonar el presente, para imaginar lo que sucederá, puede evitar unos cuantos problemas, así como también, en otros casos, puede provocarlos.

Pues, siguiendo con lo anterior, no podemos actuar sin más, tiene que haber alguna causa, alguna finalidad, algún objetivo. Aspirar a ese objetivo nos lleva a pensar en el futuro, y en lo que puede hacer que se cumpla o que no se cumpla.


Para conseguir la calma, para disfrutarla o para saber esperarla, hace falta una cosa muy importante: paciencia. Sin paciencia, no se puede esperar que llegue un tiempo mejor, puesto que la espera se hará eternam así como no se puede conseguir la calma, porque el largo período de tiempo anterior no habrá pasado en vano, y aumentará la tensión, produciéndose un alejamiento de la calma. Con paciencia, se puede encontrar calma en cualquier situación. Para hacerse a una idea, en una época de total tensión y aparente estrés, como puede ser la temporada de exámenes en un estudiante, si se utiliza la paciencia, el pensamiento frío, se puede realizar un esquema de la disposición del tiempo, dejando tiempos de margen e incluso momentos de descanso. Pues bien, esos momentos de descanso, son la calma. En cambio, si uno no piensa, incumple el horario -si es que fijó uno-, actúa según lo que le apetezca en ese momento, sin pensar en el futuro, se encontrará en una situación en la que se quejará tanto por haber perdido el tiempo como por carecer de él. En estos casos, si no se actúa con paciencia, la misma que ha faltado hasta este momento, la bola de nieve seguirá aumentando, arrastrando todo a su paso.

La paciencia sirve de mucho. Afrontar cualquier problema con calma, programando, siempre es mucho más fácil de solucionar -pero no de vivir- que dedicarse a pensar en lo gordo que es y en cuán desdichados somos. Esta opción es la más fácil a la hora de vivir el problema, pero no si queremos solucionarlo.


De modo que, teniendo en cuenta que hay que tomarse los acontecimientos de la vida con calma y paciencia, puesto que no todo saldrá siempre como queremos. A menudo se achaca esto a la suerte, ya sea buena o mala...

Veamos, la suerte no existe. Lo que llamamos suerte o azar, no es más que una serie de coincidencias. En algunos casos, estas coincidencias siguen un curso favorable desde el punto de vista de una persona, pero malo desde el de otra, y viceversa. Ilustrándolo, si nos encontramos en una situación en la que hay que escoger entre dos opciones, sabiendo que cada opción conlleva a un resultado, pero indeterminado par anosotros, tal que así:


A ----> C ---(factor m)--> M
A ----> C --- (factor n)--> N ----> X

B ----> D ---(factor o)--> O
B ----> D ---(factor p)--> P ----> Y
B ----> D ---(factor q)--> Q ----> Z


En este sistema, A y B son las opciones, que a la vez causan las situaciones C y D, respectivamente. Cada una de estas, puede producir otras, condicionadas por una serie de factores, que pueden intervenir o no. En cualquier caso, la intervención de estos factores se debe a la casualidad, a la coincidencia, a eso llamado suerte, pero que no lo es. Si tenemos en cuenta que la solución X es favorable, Y y > son negativas, y el resto no se consideran ni buenas ni malas, se diría buena suerte en el caso de X, mala suerte en Y o Z, y ausencia de suerte en los demás casos.

Por eso, no digamos que tenemos buena suerte, solo tenemos que decir que una serie de factores fueron acordes con nuestros intereses, y la mala suerte se debe a que los factores no eran los deseados. En todo caso, una vez más, como todo problema, debemos afrontar la mala suerte con paciencia, y la buena suerte como simplemente eso, 'buena suerte', sin que ninguna fuerza externa o sobrenatural nos guiñe su ojo.



Paciencia, tu suerte se acaba.

2/11/08

Oportunidad





Te alzas y dices: quiero hacerlo. Sí, tienes la intención de llevar a cabo tu propósito, de conseguir lo que deseas, de realizar tu sueño. Quieres creer que puedes hacerlo, y te imaginas después, lo que conseguirás con eso. Te regocijas en el mundo de la ilusión, revolcándote en el éxito que obtendrás si lo haces bien. No lo dudes, si sabes que va a salir como deseas, hazlo. No te eches atrás, si tanto lo deseabas, hazlo.

¿Qué pasa? ¿Tienes miedo? Ya no tienes la convicción de que va a salir bien, ¿eh? Pero, ¿por qué? ¿No era lo que querías? ¿O es que ya no lo quieres? Pues entonces, ¿qué hacías imaginándote el resultado?

Ah, que has cambiado de opinión... Eso se hace en un período de tiempo medio-largo, no de un día para otro.

Venga, ¿a qué esperas? Decídete, tienes la oportunidad. Vamos, hazlo, no tengas miedo, todo saldrá bien. Sí, tienes ese deseo, se ve el brillo en tus ojos, quieres hacerlo, tienes decisión. Me gusta, me gusta. Una pena, pero si es lo que quieres... adelante.

Hoy puedes decir que tu corazón, que tu ser, arde.