En un lugar sin Dios

Imaginar el propio entierro puede sonar macabro, pero, pensando un poco, quizá sería uno de los momentos más reales de la "vida". Quiero decir, cuando te mueres, nadie va a ir a tu entierro si no le caes bien, a no ser que vaya obligado/a o para aparentar. En ese momento sería cuando las personas que realmente te quieren lo demostrarían, y la gente hipócrita se reiría o incluso ni se inmutaría.

Puede sonar fuerte, repito, pero aclararía todas nuestras dudas acerca de quien nos aprecia y quién no. "¿De qué amigos eres amigo?" Que tú tomes a una persona como amiga tuya, no quiere decir que ella haga lo mismo, la reciprocidad no siempre se cumple, y más tratándose de estas cuestiones. Pensar que hoy en día la hipocresía abunda bastante en el mundo puede producir escalofríos, a lo mejor más incluso que imaginar el funeral, al pensar que esa hipocresía puede adueñarse de tus personas cercanas y vivir con vistas a sus fotografías.

A la hora de la verdad, siempre duele cuando alguna persona apreciada no cumple nuestras espectativas, podemos enfadarnos con esa persona, romper la relación... Pero ante esto cabe decir que nadie sabe lo que los demás piensan, así que esperar que alguien haga lo que quieras a veces resulta un poco complicado. Las amistades pueden equivocarse, no acertar con las palabras o con el momento, con las acciones... pero también, son ellas las que van a estar siempre equivocándose. En esos casos, una de dos: o la hipocresía alcanza un punto muy crítico, o no existe tal idea.

Ahí lo dejo, cada uno que piense lo que quiera.